miércoles, 14 de octubre de 2009

Colegio doctor Guillermo Velasco: Ser buenos es nuestro norte.











Por Valentina Moya.

Reconozco que le tengo un cariño personal a este colegio. Fui parte de él unos años. Conocí a personas que con el tiempo aún conservo una amistad, un contacto frecuente. Los saludos protocolares son más cariñosos, Tomé es un pueblo chico, al fin y al cabo nos conocemos todos.

Me entrevisto con la directora, la señora Viola Araneda. Las dependencias del lugar han estado en frecuentes cambios y avances que se notan evidentemente. Planteo mi objetivo de trabajo. Entrego una síntesis de lo que quiero realizar con los niños. Obtengo todo su apoyo. Estoy muy agradecida. Pido conocer mis primeras gaviotitas a trabajar (alumnos de 6to año) un alumno que estaba por ahí me guía. Hay un 2do piso, al parecer mas de uno, pero me quedo ahí, mi objetivo, mi visita, estaba en el segundo nivel.

Interrumpo una clase, la profesora me reconoce al instante, me invita a entrar y compartir con los niños un rato. En un solo instante, casi mecánico, todos los niños se ponen de pie, me saludan. Los invito a sentarse. Tomo la palabra unos minutos. Un silencio invade la sala: todos estaban atentos a mi visita.

No fueron necesarias las explicaciones ni detalles del diario frente a los alumnos. Muchos de ellos ya conocían tomé al día.com, incluso muchos ya eran fans en Facebook. Me facilitó mucho el trabajo. Los invito a participar en un concurso de poemas, les explico algunos detalles y el reconocimiento para el más destacado. Están todos entusiasmados. Todos quieren material de trabajo, Todos reciben su stickers. La profesora interrumpe mi charla, agregando al detalle, que yo soy “una buena profesional” porque estudié en ese colegio. Disimulo la vergüenza, reconozco frente a ellos mi pequeño secreto. Sonríen. Al despedirnos sentí dejar un entusiasmo y motivación frente a la propuesta dejada. Me retiro muy conforme.

Sola en el pasillo, observo las salas de clases a través de puertas entreabiertas: Niños ordenados, atentos al profesor, en otras observo niños concentrados en sus cuadernos, algunos se percata de mi presencia, me retiro sin interrumpir. En el primer piso hay clases de Educación Física. Hay un curso que tratan de imitar los ejercicios que les demuestra el profesor. Los veo contentos, tranquilos, concentrados.

Podría decir en palabras simples que el colegio es bonito. Se percibe una calma, una tranquilidad, una disciplina estructurada y que se respeta. La dependencias son más grandes y bien organizadas como parece desde la calle.

Tienen jornada mañana (1er ciclo) y tarde (2do ciclo). También cuentan con un Laboratorio de Computación, y Biblioteca. Un equipo de radio que funciona para todas las salas y en ella la directora envía boletines o instrucciones previas para cualquier motivo que se requiera. En los pasillos del primer piso hay muchas exposiciones realizadas por los propios niños en variados sub-sectores.

El colegio ha tenido sus cambios. Haciendo una comparación en los años que estuve, que fui parte, ha cambiado, pero con cambios de avance, de modernidad y perfección ajustándose a lo que estos tiempos modernos exigen.

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