sábado, 3 de octubre de 2009

Escuela California


















La mejor forma de luchar: educando


Por Valentina Moya.

Millones de veces me comprometí a visitar la Escuela California.

Al fin me programé y partí, rumbo de ir a visitar una de las escuelas que se dice tiene menos apoyo en cuanto a estructura educativa.

En pleno centro de la comuna, la locomoción está cada 30 segundos. Al tomar locomoción, le digo una mentira piadosa al chofer: Necesito llegar hasta la Escuela California, ¿Me podría decir Ud. Donde debo bajarme?. Causó un positivo efecto, porque gentilmente el taxista me dejó en las puertas principales del recinto escolar.

El personal auxiliar me recibe muy amable, con una sonrisa en su rostro. Me hace entrar al recinto llegando directamente al patio del lugar.

Es hora de almuerzo. Se escucha a lo lejos sonidos de personas de todas las edades presumiendo que están almorzando tanto niños como alumnos. Y el apetitoso olor los delata.

Me saluda el director: don Jaime Sandoval. Me invita a conversar a su oficina. Observo en una vista panorámica, con disimulo, el entorno de su oficina; me recuerda a las oficinas de dirección ochenteras: muchos libros en una repisa, predomina las paredes de madera y una ventana con un visillos que ilumina todo el lugar. Es el sinónimo de sencillez.

Me cuenta sus adelantos en el lugar. La escuela en esos momentos se está equipando con un número importante de computadores, en un rincón del lugar, se observan cajas que contienen estos equipos. También me comenta que con la ley SEP, han invertido en comprar el “archivador educativo”. (Material de trabajo que he tenido el gusto solo de escuchar que colegas trabajan con ellos en colegios particulares y particulares subvencionados. Es un material Santillana, su costo es alto. En un ránking entre docentes, es catalogado uno de los recursos educativos más eficientes y efectivos del país).

Pero este archivador no son beneficiados solo algunos, sino que invirtieron el capital para que todos los niños de la escuela tuviera uno, sin importar el ciclo que cursan.

Me comenta de la baja matrícula, debido por la mínima cantidad de niños del sector y porque los que hay, prefieren otras escuelas de la comuna.

Esto no es impedimento para luchar por una buena calidad de educación.

La escuela posee la excelencia académica, característica que no todas las escuelas de la comuna poseen. Me invita a conocer las dependencias. En pleno centro de ella, es inevitable no acordarme de las típicas escuelas de antaño.

Aún poseen un diseño arquitectónico con pilares de madera, con las salas diseñadas una al lado de la otra al estilo L, al centro, un gran patio, con una cancha de basketball, baby fútbol.

Entro a la biblioteca, es hermosa. Tiene mucho material tanto literario como de juegos: Fichas de estudio de muy buena calidad, memorice sobre naturaleza, Cuerpos humanos armables, muchos pósters educativos, mapas y finalmente llego a encontrar las cajas y cajas del material Santillana.

Reconozco que escuché el 50% de lo que me explicaba el director, lo que recuerdo es que me dijo que están en el proceso de entrega, por eso estaban ahí. Yo leía, las miraba, hojeaba cada una de ellas.

Reconozco sentir una envidia sana hacia los profesores, el material ¡me encanta!. Salimos al patio nuevamente. Los niños están saliendo de a poco de los comedores, es hora de reposar después de haber almorzado en su escuela. Saco algunas fotografías, me alejo del director un par de minutos, en ese instante saludo a unos niños que juegan muy concentrados ping pong.

Y el director es invadido de abrazos por parte de algunos niños de no más de 8 años. Vamos a la sala de computación, en ese momento se encuentra en reparaciones, unos andamios y el olor a pintura fresca confirma su explicación. Pero no es motivo para no entrar y seguir conociendo.

Tienen un data show, y una cantidad importante de computadores ya instalados, cada uno con conexión a Internet. Es hora de partir, entrego el material a trabajar los niños para el diario escolar. El director conocía y dominaba el tema.

Me alegró estar en su conocimiento, tuve mi segundo de creerme estrella. Me despido muy agradecida, los agradecimientos fueron mutuos, amablemente la auxiliar me deja hasta el último peldaño de la entrada principal.

Saco algunas fotografías, el paisaje, su alrededor, es muy bonito. En el camino pensaba: ¿Quién dijo que en la Escuela California está prácticamente abandonada? ¿Quién dijo que nadie estudia allí? Mientras existan niños y profesores luchadores por ella, existirá Escuela California para un largo rato.

1 comentario:

  1. Exelente, ese esa mi colegio cada dia mejor , con una gran ventana hacia el futuro, con ganas de superar obtaculos y llegar a la meta, que es la de ser grandes triunfadores, estamos esforzandonos para consegirlo.grscias por su apoyo.

    ResponderEliminar